martes, 8 de septiembre de 2009

En busca de Javier

'cita con Sergio' crónica de elhijodeyaneth (o sea yo) destacada en http://www.soho.com.co/Home.aspx

Si usted le pregunta a un universitario como le pareció la semana que pasó, este sin duda le dirá que fue para el olvido, de las peores que le ha tocado en los últimos meses. Todo por una simple -no tan simple- razón: primeros parciales. A eso súmele que ésta crisis está bastante económica, que el calor de ésta ciudad se vuelve cada vez más insoportable, y uno que otro problemita que nunca falta.

Esta columna –ohh mai gad, eso son palabras mayores, que pena dar tanta lora pero es que aún no me acostumbro. Si antes no creía en nadie diciendo que tengo un blog, ahora menos que digo que soy columnista, así sea de mi propio blog- no es acerca de los parciales, aunque muy pronto los sorprenderé con un manualcito, manualsito o manualito -no se como se dice, el caso es que es un manual chiquito- de cómo prepararse para un parcial, tan efectivo como el que hice del MIO la vez pasada, el cual ya se que lo están aplicando.

El caso es que esta columna, o crónica, mejor columna, aunque se van a dar cuenta que es crónica, pero columna da mas contundencia, pero en sí es una crónica… bueno, digamos que es una crónica en una columna o algo así, llámenla como quieran.

La palabra publicación resumiría todo, pero no, me resisto a bajar de columnista a ser de nuevo un publicador de blogs.

El pasado domingo me pasó algo muy curioso, me levante muy temprano, a eso de la 1:00 pm, desayulmuerce y cuando ya me disponía a bañarme, sentí esa sensación como que de algo me faltaba.

Yo era: ¿ohh que será, que será? Todo parecía estar en su orden, pero aun así, no me sentía completo. Pensé que era el futbol, pero el torneo de Carvajal ya se había acabado y el paisa no me volvió a llamar para jugar con el equipo del papá. También, que era el oficio, pero el aseo ya lo había hecho.

-seguro es algo del estudio –llegue a pensar, pero no soy muy bueno mintiéndome a mi mismo, por eso descarté de una esa posibilidad.

Después de tanto echarle cacumen a la vaina, recordé que esa extraña sensación era por que no había comprado El Espectador. Como era posible que se me estaba olvidando ir por ese periódico después de haber esperado tanto a aquel domingo. La razón: volvió el juego ’¿donde esta Javier?’, y es que como cosa rara, a mi ya se me había olvidado comprar el primero que salió. Así que no me podía quedar sin el segundo.

Muy a las tres de la tarde y con el calor característico de este horno de ciudad, salí en busca de El Espectador.

Primero fui a la tienda de la esquina

-señora ¿tiene El Espectador?
-¿Cuál?
-El Espectador –creí que había hablado bien claro, igual le repetí
-espere veo –me dijo- ahh si, El País
-noooo, El E-s-p-e-c-t-a-d-o-r! –con semejante calor, y esta cucha haciéndose la sonsa
-ahh no, ese no

A una cuadrita hay otra tienda, así que fuí hasta allá

-doña socorro ¿tiene El Espectador?
-no
-a bueno, gracias –ojala todas fueran así de practicas

Otra cuadra más allá hay otra tienda, donde ‘atiende’ un man con pura cara de puño -al comienzo pensé que tiene ganas de estornudar, pero después comprendí que es que el mansito es así.

-Viejo ¿tenes El Espectador?
-¿Quién es ese? –me dijo
-ehh… gracias

No le respondí como acostumbro porque no es mi estilo buscarme dolores chimbos. Seguí mi travesía y fui a otra tienda que queda como a dos cuadras, donde tampoco vendían El Espectador.

Cansado de caminar se me ocurrió la brillante idea de ir a la fija –eso pensé yo- y me pegue el viajado hasta a Mercar, el supermercado aquel que queda en la galería, obteniendo otro no como respuesta. Se me hacía imposible que en ningún lugar vendieran al viejo Espectador.

Desilusionado volví a mi hogar y llame al ‘fi’ (se lee fai, si no sabe quien es, lea ‘cita con Sergio’ ahí lo mencioné) –uff ¿si ven como los engancho?- pa’que me llevara a algún semáforo a comprarlo, no me podía quedar sin buscar a Javier.

Primero fuimos a Olímpica, donde tampoco lo vendían. Eran como las 3:30 pm y los voceadores por ningún lado, cosa que me parece el colmo, esta crisis bien económica, y estos muérganos con horario de gerente pues, no no no, a trabajar, a trabajar.

Al fin fuimos a un quiosquito de esos donde el 80% de las cosas que venden son revistas de porno –ay no se hagan, ustedes saben de cuales, o si no, pregúntenle al padrecito de su iglesia, ese lo asesora mejor que cualquiera.

-amigo ¿tiene El Espectador?
-si claro
-¿y trae a Javier?
-mijo, Espectador sin Javier no es Espectador –salió filosofo y todo el cuchito ese
-ok
-lleve el de hace ocho días –me dijo el Fi
-¿tenes el de hace ocho días? –le pregunté al viejito
-si
-¿y trae a Javier?
- mijo, Espectador sin Javier no es Espectador
-ahh verdad

Me fui pa’ mi casa feliz de haber obtenido lo que quería, y por partida doble, si creí que conseguir el de ese domingo iba a ser difícil, pensé que conseguir el del pasado iba a ser imposible.

Al llegar al hogar, con marcador en mano me dispuse a buscar al viejo Javi, quien estaba bien escondido el hijuemadre ese, casi no lo encuentro, con decirles que me quemé ahí la media neurona que me quedaba.

Cuando lo encontré, a él y a 21 pistas más, me dio dizque por leer los términos y condiciones del concurso, encontrándome con que este no se puede enviar sino, hasta el siguiente viernes correspondiente al domingo de cada publicación, o sea, perdí los 3 mil pesos del primero, y mi media neurona la invertí pa’nada. Lo peor es que el viejo ese no me dijo nada. A este me lo marraneo y le vendo El Espectador anterior sin decirle nada –pensó él

Viejo marica

3 comentarios:

  1. mijo ya penso en la venganza pa el viejo mk?

    ResponderEliminar
  2. hahahaha...lo mejor fue el q te dijo quien es el espectador???...hahaha me encanto!

    un abrazo! x

    ResponderEliminar
  3. Y el manual para presentar un parcial qué? ehhh, juemadre

    ResponderEliminar